Me encanta cuando puedo equilibrar lo perfecto con lo esquematizado, lo rutinario con lo idealizado.
Simplemente me siento llena; sin falta de nada. Puede ser que algunas veces ésos fantasmas del ayer no se vayan y sigan en su rutina de venir a molestarme de vez en cuando; pero puedo vivir con éso, si. Es como si fuera bañada por un montón de cosas hermosas; quizás sea suerte, quizás solo sea una racha. Pero aprendí que la vida es así; ni todo es color rosa, ni todo es color gris. Aprendí que se trata de jugar, de vivir el momento, de dejar el ayer para el ayer, de sentirme feliz hoy.Y hoy es un día feliz.
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